La palabra “amor” es posiblemente una de las más utilizadas en los últimos doscientos años. A su sombra se han justificado las atrocidades más espantosas y se han explicado las actitudes más solidarias. (Bucay, 2012). ¿Cuántas veces escuchamos a padres justificar bajo el “amor” el uso de un correctivo/método de disciplina que violenta a un niño? (nalgada, pellizco, jalón de pelo, humillaciones, ignorar, insultar) con frases como -” Te pego porque te quiero” , “Lo hago por tu bien”, “Mas vale una a tiempo que muchas…” Las experiencias que hayamos tenido en la infancia influencian de gran manera nuestra forma de criar y entender lo que significa la crianza. Con las mejores intenciones y muchas veces bajo la justificación del amor, solemos educar con el mismo molde que nosotros vivimos esta experiencia, ¿Por qué sucede esto?, la autora Sandra Ramírez nos dice que cuando se trata de la crianza, los estudios reflejan que la sociedad se ha manejado en base a cadenas por siglos, no habría nada de malo si ese ciclo de crianza estuviera centrado en las necesidades básicas y evolutivas de los bebés y niños. Desafortunadamente, hasta ahora no ha sido así. La mayoría de nosotros tendemos a confiar ciegamente en aquellas filosofías que confirman, justifican y que se asemejan a nuestra experiencia. Rechazando lo nuevo o aquello que nos es poco familiar porque aceptarlo significaría admitir que de alguna manera lo hemos estado haciendo “mal”, lo cual puede provocarnos incluso culpa al darnos cuenta de nuestros errores o coraje por nuestras propias experiencias infantiles. Por eso es imprescindible el informarnos, actualizarnos y ser críticos de los métodos de educación, la crianza y el desarrollo infantil que conocemos o que nos sugieren, muchas veces con buenas intenciones, las personas a nuestro alrededor. Hoy hay tanta información y su acceso es cada vez más fácil, que es casi injustificable decir frases comunes como “nadie nos enseña a ser padres”, “los niños vienen sin manual”, pues toda esta información actual nos permite tomar las mejores decisiones con respecto a la crianza basados no solo en la experiencia propia o de otros, sino en la evidencia científica. La salud mental de otro ser humano y la sanidad de la sociedad está en manos de todos los que nos jactamos de decir que somos educadores de niños, tanto padres como profesionistas. La sociedad de hoy necesita una generación de profesionistas y padres capaces de romper cadenas negativas de crianza para así dar paso a una nueva cadena, aunque esto todavía es un largo camino por recorrer. Aquí expongo una lista de 10 recomendaciones de libros para aquellos que desean aprender nuevas formas de educación y crianza, basadas en el respeto y la paz, estilos con evidencia científica para el desarrollo social y psicológico sano. CRIANZA CON APEGO de Sandra Ramírez “Crianza con apego” es un libro escrito por Sandra Ramírez que nos sumerge en el maravilloso mundo de la crianza basada en el apego. Con su enfoque amoroso y empático, Sandra nos guía a través de las claves y prácticas de la crianza con apego, proporcionándonos herramientas para establecer vínculos sólidos y saludables con nuestros hijos. En este libro, Sandra Ramírez explora la importancia del contacto emocional, la conexión profunda y el respeto mutuo en la relación padres-hijos. A través de ejemplos, consejos y reflexiones, nos invita a cultivar la confianza, la seguridad y la cercanía con nuestros pequeños, fomentando su desarrollo emocional, social y cognitivo. SIN GRITOS NI CASTIGOS de Sandra Ramírez Sandra Ramírez nos invita a repensar nuestras estrategias de crianza y explorar alternativas a los gritos y los castigos tradicionales. Con un enfoque respetuoso y empático, Sandra nos muestra cómo establecer una comunicación efectiva y construir una relación armoniosa con nuestros hijos. En este libro, Sandra Ramírez nos guía a través de diferentes herramientas y técnicas basadas en la crianza respetuosa, el diálogo abierto y el establecimiento de límites claros. Nos anima a reemplazar los gritos y los castigos por un enfoque más pacífico y colaborativo, en el que se fomenten el entendimiento mutuo, la empatía y el respeto. Con ejemplos prácticos, reflexiones y consejos, “Sin gritos ni castigos” nos ofrece un camino hacia una crianza más consciente y positiva. A través de este libro, Sandra Ramírez nos muestra que es posible educar a nuestros hijos sin recurrir a métodos punitivos, promoviendo un ambiente de amor, confianza y respeto mutuo. EDADES Y PRIORIDADES de Sandra Ramírez una guía práctica y comprensiva sobre las diferentes etapas del desarrollo de los niños y las prioridades que debemos tener en cuenta en cada una de ellas. A lo largo de este libro, Sandra nos adentra en los aspectos clave de cada etapa, desde la infancia temprana hasta la adolescencia, ofreciendo información valiosa y consejos útiles para comprender y apoyar el crecimiento y desarrollo de nuestros hijos de manera adecuada. Con un enfoque basado en la crianza respetuosa y la atención individualizada, “Edades y Prioridades” nos ayuda a comprender las necesidades cambiantes de nuestros hijos a medida que crecen, abordando temas como el apego, la autonomía, la educación, la salud y el desarrollo emocional. Este libro nos proporciona una hoja de ruta clara y concisa para navegar por las diferentes etapas de la crianza, ofreciendo orientación sobre las prioridades a tener en cuenta en cada momento. EL CEREBRO DEL NIÑO de Daniel J. Siegel escrito por el reconocido psiquiatra y neuropsiquiatra Daniel J. Siegel que nos sumerge en el fascinante mundo del desarrollo cerebral de los niños. A través de una combinación de investigación científica y consejos prácticos, Siegel nos brinda una visión profunda de cómo funciona el cerebro de los niños y cómo podemos fomentar un desarrollo saludable. En este libro, Siegel nos guía a través de los diferentes aspectos del cerebro infantil, desde las conexiones neuronales hasta el impacto de las experiencias tempranas en el desarrollo emocional y cognitivo. Nos enseña cómo las interacciones sociales, el apego seguro y la regulación emocional influyen en la formación del cerebro y en