LAS ETAPAS DE LA VIDA SEGÚN LA TRADICIÓN DE CUMPLEAÑOS EN KAZAJISTÁN

En 2019 tuve la oportunidad de vivir en Kazajistán durante un año, ¡Imagínate la de cosas que aprendí!

Dentro de todas las cosas que pude aprender de esta cultura, hubo una tradición que particularmente me llamó la atención, una que se vive en los días de cumpleaños. En la cultura Kazaja, dividen la vida de una persona en etapas o ciclos de 12 años llamados «mushel», y al final de cada uno de estos períodos, la persona entra en un nuevo capítulo de su vida.

Los primeros 12 años de vida se consideran la infancia, y cuando un niño cumple 13 años, tiene su primer «mushel», marcando el final del primer ciclo de su vida. A cada ciclo se le añaden 12 años, por lo que después de los 13 años comienza la segunda parte de la vida, la juventud, que abarca de los 13 a los 25 años. La tercera y cuarta parte serían los ciclos de los 25 a los 37 y de los 37 a los 49 años, considerados el periodo de madurez, y a partir de la quinta parte en adelante, es decir, las que corresponden a partir de los 49, son consideradas la vejez. Quedando entonces el primer «mushel» a la edad de 13 años, el segundo a los 25 años, el tercero a los 37, el cuarto a los 49, el quinto a los 61, el sexto a los 73, el séptimo a los 85, el octavo a los 97, el noveno a los 109 y podría ser que el décimo a los 121 años.

En la cultura Kazaja, cada «mushel» representa una transición significativa en la vida de una persona, cada «mushel» marca el fin de una etapa y el comienzo de otra, similar a cómo en la vida enfrentamos pérdidas y nuevos comienzos. «Mushel zhas» se traduce como «edad importante» y marca el final de una etapa y el comienzo de una nueva. Esta transición se entiende metafóricamente como una «muerte» en un sentido y un «nacimiento» en otro. Es decir, al terminar un ciclo de 12 años, una parte de la vida de la persona llega a su fin y otra comienza con el nacimiento en una nueva capacidad que viene con la edad.

Se cree que el año en que se cumple cada «mushel» es peligroso para el cumpleañero. Durante este tiempo, se debe tener especial cuidado con la salud y ser cauteloso al tomar decisiones serias en la vida. Además, es mejor no dañar a nadie y no hacer nada negativo, ya que se cree que si uno se comporta mal durante ese año envía vibraciones negativas que pueden afectar los próximos 12 años. Interesante ¿no?

La tradición continua. Al final del año del «mushel», uno debe agradecer al destino por haber pasado el período peligroso de manera segura, y para hacerlo, debe dar regalos a quienes desee. El único criterio es que un regalo debe elegirse entre las pertenencias propias y, lo que es más importante, debe ser algo de gran valor para quien cumple años. 

En la cultura Kazaja los cumpleaños, no solo significan crecer o envejecer, sino también adaptarse emocional y mentalmente a una nueva etapa de la vida. Los rituales que acompañan a cada «mushel» ayudan a cerrar una etapa y a empezar otra, permitiendo a las personas reflexionar sobre sus experiencias pasadas y prepararse para lo que venga. En resumen, los «mushels» proporcionan una forma organizada de enfrentar los cambios de la vida, ayudando al crecimiento personal y a ser más fuerte.

Desde un punto de vista psicológico, esta tradición refleja cómo las transiciones de la vida, incluidos los nuevos comienzos como un cumpleaños y los finales como la muerte, pueden ser estructurados y comprendidos dentro de un marco cultural específico muy distinto a otras culturas.

¿Qué te parece la forma de los Kazajos de ver la vida? Alguna vez ya he hablado de esto, lo puedes leer aquí: cumplir años también es una despedida.

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