- Cuando una persona se encuentra viviendo un duelo, sea por la pérdida que sea, necesita tiempo para volver a un estado de equilibrio.
Según el doctor J. William Worden, el proceso de duelo conlleva realizar ciertas tareas para reestablecer el equilibrio emocional. Una de ellas es “Adaptarse al nuevo medio”, lo que significa diferentes cosas para cada persona. En algunos casos, es necesario desarrollar nuevas habilidades y asumir nuevos roles. Sin embargo, en ocasiones, los intentos por cumplir con esto pueden fracasar y llevar a una sensación de baja autoestima. Se llega a cuestionar la eficacia personal, atribuyendo los logros al azar en lugar de reconocer la propia fuerza y habilidad. Con el tiempo, el esfuerzo, la dedicación y la constancia, estas ideas negativas dan paso a otras más positivas, llevando a un proceso de crecimiento personal.
El proceso de duelo involucra una reorganización y un gran esfuerzo por aprender nuevas formas de enfrentarse a la realidad, asumir roles a los que no se estaba acostumbrado y desarrollar habilidades hasta entonces desconocidas, siguiendo adelante con un nuevo sentido del mundo.
🧳¿Sabías que cuando una persona migra también vive un proceso de duelo? Quizá no lo sabias o no habías escuchado hablar de este. Pero el duelo migratorio es un proceso emocional que experimentan las personas al dejar su hogar y emigrar a un nuevo país. Puede tener un impacto significativo en la salud mental y física de los migrantes y sus familias: estrés, incertidumbre, sentimientos de soledad, aislamiento social, entre otros. Además, las dificultades para adaptarse a una nueva cultura y el estrés pueden contribuir a otros trastornos emocionales como la depresión.
El proceso migratorio es un cambio muy drástico y muchas veces se le resta importancia pues se ve envuelto en idealizaciones equivocadas, como que “a donde se muda una persona se vive mejor que el lugar de origen, que se está en unas vacaciones permanentes, que se alcanzara un estatus mucho mejor en lo social y financiero”, etcétera. Sin embargo en una migración se pueden llegar a perder muchas cosas a la vez, todas valiosas y significativas: familia y amigos, la lengua materna para el uso cotidiano, la cultura y sus formas de vida, la comida, los atuendos, las celebraciones, la tierra, los paisajes, colores, olores, el nivel social, entre otras. El duelo migratorio, como cualquier otro tipo de duelo, supone un proceso de reorganización y un gran esfuerzo de adaptación a los cambios.
El duelo migratorio también se considera un duelo parcial y recurrente: Parcial, pues el “objeto” de la pérdida ( el país de origen, la familia, los amigos) no desaparece como tal y para siempre, sino que existe la posibilidad del reencuentro, tratándose de una “pérdida ambigua”. Recurrente pues hay una gran facilidad para reactivarse, ya que el duelo siempre se está reabriendo ya sea por el contacto a través de medios telefónicos, por internet, por mensajes, por las redes sociales e incluso por los viajes esporádicos. En algunos casos, ese reencuentro posible con el objeto de la pérdida durante las visitas y la nueva marcha, se vive como otra verdadera pérdida, y un reinicio del duelo. Es muy común que aparezca “la fantasía del regreso”, la idea o deseo de volver al lugar de origen, a la patria o a la cultura de origen.
La complejidad de transitar este duelo, puede variar según cada persona y puede ser tan sencillo o tan complicado como cualquier otro, pues dependerá de diversos factores como el motivo de la mudanza, la relación con el lugar de origen, el sentido de identidad formado, los roles que desempeñaba, los recursos personales de cada cual, las redes sociales de apoyo, entre otras cosas.
En mi caso, en agosto de 2021 llegué a vivir a Alemania, y nunca imaginé que esto traería un largo camino por recorrer y que incluso experimentaría en mi persona este duelo. A pesar de haber vivido previamente en otros países como Kazajistán, Inglaterra y Canadá, esta experiencia de adaptación ha sido diferente. Justamente los factores que me rodean en esta ocasión son distintos a las experiencias anteriores, lo que hace que sea única y, si te soy honesta, más desafiante. Poco a poco al vivir personalmente este proceso, he confirmado la teoría de Worden.
Además de tiempo ha sido necesario realizar tareas activamente para reestablecer mi equilibrio personal (te las contare en otra ocasión) y en esta experiencia he encontrado también una oportunidad para desarrollar muchas habilidades que desconocía de mi misma hasta ahora y que han generado cambios positivos en mi forma de vivir esta situación.
Sin embargo, no voy a mentirte, he tenido momentos difíciles en mi propio duelo, pero el conocimiento sobre este y las herramientas emocionales que he desarrollado, probablemente debido a mi profesión, junto con mis características personales y el apoyo externo, han sido fundamentales para mi proceso. Estas herramientas me han ayudado a afrontar esta transición, a pesar de la complejidad de este duelo.
Si tu estas experimentando algo similar, te identificas con este duelo y sientes que no cuentas con las herramientas suficientes, te invito a pedir ayuda. Es importante hablar de las emociones y las dificultades que se viven durante este proceso. Si lo consideras, buscar ayuda profesional, ya sabes que esa será siempre mi principal recomendación. Además, también puedes encontrar ayuda en grupos de apoyo y en organizaciones de migrantes cercanas a ti. Recuerda que todas las pérdidas significativas tienen sus duelos y todos los duelos tienen que ser elaborados.
¿Qué si yo ya no siento nostalgia por estar en otro país distinto al mío? Claro que sí, esa nostalgia no se va por completo (ya te decía que es un duelo recurrente) y su tránsito no es lineal, hay movimientos adelante y hacia atrás. Pero he aprendido que todas las pérdidas incorporan ganancias y que la elaboración de un duelo también supone un proceso de crecimiento.
Aunque no ha sido tan fácil, por lo pronto aquí sigo, aprovechando esta oportunidad para desarrollar la habilidad de hablar en alemán y relacionarme con otras personas y otra cultura, aprendiendo nuevas cosas, de aguantar temperaturas bajo cero, de manejar en un país con reglas diferentes al mío, de aprender a caminar sin caer en la nieve, incluso de modificar mi forma de trabajar ¡Entre otras cosas más!
¡Gracias por leerme y acompañarme en este proceso! Si tienes alguna experiencia similar me encantaría leerte.
Si quieres leer más sobre los efectos emocionales de una migración visita la siguiente entrada:
Felicidades Sandy, eres una mujer valiente, inteligente y resiliente, además con un gran talento para escribir, entre muchas otras características que te distinguen.
Muy cierto lo que compartes, un duelo que necesita visibilizarse.
Un abrazo con cariño y admiración.
Como siempre Ana tienes unas palabras lindas para mi, muchas gracias por tomarte el tiempo de leerme y escribirme.
Te mando también un abrazo igualmente lleno de cariño y admiración, pero sobre todo agradecimiento.