Definitivamente, todos los viajes se vuelven memorias para toda la vida, pero hay algunos que se vuelven particularmente especiales, como es mi caso con el “viaje” a Londres.
Que gran emoción me causa simplemente recordar el 11 de septiembre del 2007. Esta fecha marcó la primera vez que tuve la oportunidad de ir a Londres y de vivir, junto con una de mis mejores amigas, una nueva aventura al pasar cerca de un año allí. Originalmente, teníamos planes de ir solo por seis meses. Finalmente, todo se acomodó, especialmente en la cuestión económica, ya que conseguimos trabajo, lo que nos dio la oportunidad de financiarnos una temporada más larga de la pensada. Sin embargo, como desde un principio sabíamos que sería temporal, el viaje concluyó con un increíble tour por algunos países de Europa. Principalmente en mi caso, este “viaje” terminó por el deseo de concluir mi carrera de psicología.
Londres es una ciudad mágica, llena de detalles por explorar, rincones por conocer, muchas cosas por ver, mil paisajes que disfrutar y lugares de todo tipo para divertirse. Espectacular a mi vista simplemente, con un clima lluvioso casi todo el año, lo que te hace disfrutar de una forma distinta los días soleados. Además, la ciudad ofrece la posibilidad de coincidir con mucha gente única, como fue en nuestro caso, y con quienes mantengo amistades hasta el día de hoy. Vivir estas experiencias implica una riqueza emocional difícil de describir. La oportunidad de convivir de cerca con otras culturas, idiomas, religiones y tradiciones definitivamente cambia y amplía la percepción del mundo.
Por supuesto tuvimos la oportunidad de conocer los lugares por visitar clásicos de Londres, pero siempre el “vivir” en un lugar te da la oportunidad de verle con otros ojos y descubrir nuevas experiencias al caminar en sus mercados, parques y calles que no están en la lista de los “debes de visitar”, al percibir los olores de sus calles donde viven las familias su día a día, así como al ser parte de la comunidad laboral y experimentar las situaciones que esto conlleva, que por cierto no tengo nada de que quejarme, ya que tuve la dicha de trabajar en lugares y junto a personas increíbles. Experimentar estas situaciones fortalece la conexión con el lugar y su comunidad.
Un viaje como este, me refiero a uno de una larga temporada, ayuda a mover aspectos personales como el desapego, la capacidad y motivación de arriesgarse, el abrir la mente y probar cosas nuevas y a un montón más. Desde una perspectiva psicológica, este viaje no solo fue una aventura física, sino también un viaje interior. Cada nuevo encuentro y experiencia contribuyó a mi crecimiento personal y emocional. Vivir en una ciudad tan diversa como Londres me permitió desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia las diferencias culturales. Además, enfrentar y superar los desafíos de adaptarse a un nuevo entorno fortaleció mi resiliencia y definitivamente mi capacidad de adaptación. Aspecto que he desarrollado tanto en los últimos años sin haberlo pensado.
La sensación de independencia y autosuficiencia al encontrar trabajo y sostenernos económicamente en un país extranjero también tuvo un impacto significativo en mi autoconfianza y autoestima. Este viaje, más allá de los lugares y paisajes, fue una lección de vida que me preparó para futuros desafíos tanto personales como profesionales.
Por ahí dicen que al viajar selecciones muy bien a la persona con quien lo hagas, ya que en ocasiones estos son un empujón a terminar con relaciones. Afortunadamente con mi corazón contento puedo decir que en mi caso hasta ahora los viajes que he podido hacer han sido con la persona correcta, en este caso la amistad se fortaleció (a pesar de que me vomito en pleno vuelo camino a Londres jajaja), y cómo no, después de el montón de cosas que compartimos, desde trabajar, vivir, viajar, explorar la ciudad, salir de fiesta juntas, escuchar nuestros miedos, sueños y anhelos, perdernos (literalmente), pero sobre todo divertirnos.
Por nada cambiara esta experiencia y agradezco como siempre a la vida y el universo por permitirme formar esta memoria, para mi esta aventura confirma ese dicho de que ¡viajar es la única cosa que compras que te hace más rico!
¿Qué viajes o experiencias han dejado una huella imborrable en tu vida? Quizá con el paso de los años puedes verlos desde otra perspectiva.